El Santuario y la cordillera de Montserrat son dos de los destinos preferidos tanto para los catalanes como para todos aquellos que se acerquen a visitar nuestra tierra. Pero el atractivo de esta zona no termina con la Moreneta; la montaña está rodeada de pequeños pueblos generalmente desconocidos que esconden tesoros a la altura del monasterio.
A continuación le proponemos un recorrido para descubrir algunos de ellos.
1) MONISTROL DE MONTSERRAT
El pueblo de Monistrol, donde el cremallera tiene una de sus paradas, es quizás el más visitado de todos ellos. Se tiene constancia histórica desde el siglo X.
Su antigüedad le evidencia la arquitectura de su casco antiguo pero sobre todo sus grandes joyas góticas: la ermita de Sant Antolí, el puente de los peregrinos y el Palau Prioral; todos fechados a principios del siglo XIV.
El visitante, aparte de pasear por sus calles empedradas, encontrará cientos de rutas por los alrededores del pueblo, al pie de la montaña o entre los campos de secano.
Además, si eres amante de la buena cocina, encontrará en Monistrol una inmejorable oferta gastronómica. Su producto más famoso es claramente la torta y el requesón, que cuando comienza el otoño abre las puertas en la feria de la Coca y el Mató.
Aparte de que los monistrolenses y monistrolenses pueden disfrutar de la artesanía de los matoneros cuando llega en octubre, también ven cómo bailan sus dos gigantes centenarios Ramir i Constança. ¿Sabías que pesan 40 kilos cada uno de ellos?
2) EL BRUC
Casi todo el mundo conocerá Bruc por su tamborilero que hizo asustar a las tropas napoleónicas en la Guerra del Francés. Pero este pueblo guarda algo más que una leyenda: una estatua. Una estatua situada en la entrada del pueblo (C/ de Bruc del Mig). Esperamos no os asuste.
El Bruc es la cuna de la escalada en Montserrat, varias vías atraen a escaladores y escaladoras de todo el país para subirse por las paredes. Si le gusta la escalada es el lugar indicado.
También tenemos el “Camino de las Batallas” una ruta que quiere recordar el camino que los soldados napoleónicos recorrieron dos veces en los días 6 y 14 de junio de 1808.
El paraje que el caminante pisará fue todo el campo de batalla, ya que la forma de enfrentamiento fue la de la “guerrilla”, forma de guerrear inventada en aquella época.
El paso de Can Maçana, donde la defensa ante el invasor fue muy fuerte, es hoy un parque donde se puede descansar, disfrutar de la naturaleza y del panorama, y punto de partida de excursiones siguiendo los caminos que se adentran en la montaña. Abajo le dejamos el enlace para más información.
En Bruc no se están de nada, como todo pueblo de Cataluña tienen sus ferias, tradiciones y fiestas populares.
Podremos encontrar la Fiesta de San Miguel, que se celebra el 8 de mayo y consiste en guardar un panecillo bendecido hasta el año siguiente. La fiesta del Timbaler se celebra en la primera semana de junio. O la Feria Som País donde se celebra una fiesta de la sostenibilidad social y medioambiental en el Parque Natural de Montserrat.
Y si lo que más le gusta son las guías a medida, el Ayuntamiento del Bruc se lo pone fácil ya que dispone de una audioguía donde a través de tu Smartphone podrás escanear los códigos QR que encuentres para saber más del lugar donde te encuentras.
3) COLLBATÓ
Justo al lado de Bruc pero con una historia particular. A lo largo del s. XX proliferan las segundas residencias pero sin duda lo que caracteriza a este pueblo son sus Cuevas de Salnitre. Las cuevas de Salnitre son unas cuevas de unos 550 metros de profundidad y se dice que sus formas orgánicas y ondulantes inspiraron a Gaudí para obras como la Sagrada Família. En los meses de julio se celebra en su interior el Festival Gong que ofrece conciertos de música de nuevas sonoridades.
Y si no te hace el peso siempre puedes pasear por el casco antiguo y redescubrir la iglesia románica de San Coreli, en cuyo interior se conserva un magnífico capitel románico de mármol, procedente del Palacio Episcopal de Barcelona.